lunes, 1 de junio de 2015

Dirario de un Angel Negro: El cinismo

Camino entre las sombras más oscuras, de las que he hecho mi hábitat natural. Recogidas las alas negras, como parte de mi piel, me camuflo entre la multitud. Les observo. Aprendo las reglas del juego. Ellas me han enseñado que todo es una partida de ajedrez en donde conviene ser la Reina.
No esperéis nunca cinismo en mis palabras. Soy muchas cosas, pero no una cínica. El látigo de la verdad siempre fue mucho más cruento e impío.
Cometí muchos errores por tradiciones estúpidas que me hicieron creer que eran leyes a seguir ciegamente. Pero la confianza, la lealtad, el honor, el respeto, la sinceridad, la amistad, el amor, incluso el sexo... Todo está sobrevalorado. Y, al final, cualquiera, si tiene ocasión, te venderá por una bolsa de monedas de cobre. Cualquiera. Nadie se libra de la quema. Nadie es tan estoico para no sucumbir a la tentación de su propio egoísmo... Ni siquiera tu mejor amigo. Nadie se salva. Todos acaban cayendo. Puse demasiadas veces la mejilla y me partieron el labio las mismas veces. Sangré todas ellas y fue esa misma sangre la que ahora me atrae a las sombras.
La vida está llena de cínicos que dicen predicar con el ejemplo, pero en los actos subyace la verdad, agazapada, escondida, disfrada de piel de cordero.
Me envidian y lo se. ¿Tengo que mentir para que me acepten en el grupo al que nunca pertenecí? No. Yo no miento por motivaciones tan vanas. No pueden soportar que, al desplegar mis alas, ahora negras, brille con luz propia. No pueden soportar que su mediocridad no se me contagie.
Las mujeres me odian porque ellos se sienten atraídos por mi y el no saber por qué, les conduce a la frustración que no soportan. Ellos reniegan de mi porque son tan cobardes, que usan la mentira para esconder sus propios fantasmas, pero no me olvidan. Me llaman sobervia por reconocer la verdad y escupirla cuando es necesaria.
Nos han enseñado a doblegarnos ante Goliat; a no enorgullecernos de nuestros éxitos; a sentirnos culpables de nuestros errores, cuando el error es la base de todo aprendizaje; a que la inteligencia es algo malo porque les hace sentir inferiores... Te enseñan a repudiarla, porque los inteligentes son peligrosos; a idolatrar la superficialidad y excluir a los diferentes; nos han mentido con el castigo del Infierno... Cuando el Infierno y el Cielo, la Virtud y la Deshonra, La Verdad y la Mentira, todo se encuentra dentro de nosotros. Tú eliges la actitud que usas en cada momento.
Soy muchas cosas, pero jamás fuí una cínica. Algo que no soportáis. Algo que me resulta tediosamente indiferente.

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