Pero no siempre es así. No siempre es un tópico y, mucho menos, típico. A veces, esa frase oculta cosas que no se dicen y que la hacen sencillamente real.
Va a salir genial porque...
Porque siempre trabajas duro para conseguir lo que te propones, y eso siempre se nota en el resultado. En lo que fluye. Se transmite por el aire y llega. Llega a tocar otros corazones. Remueve sentimientos y conciencias. Y propone preguntas con las que cuestionarse a uno mismo. Y eso es, sencillamente, genial.
Quizá no salga perfecto, pero sí genial. No hay que confundir esas dos grandes palabras, porque una de ellas es una impostora. Algunos aspiramos a ella cada día. Tratamos de que la siguiente vez sea mejor que la anterior. Hablo de las personas perfeccionistas, en el mejor de los sentidos del término. Esas personas que se fijan y cuidan los pequeños detalles en los que, muchas veces, la mayoría no repara porque se han perdido en el conjunto. Una persona perfeccionista siempre encontrará fallos en cualquier cosa que haga, porque de esos fallos aprende, saca lecciones y los corrige. Eso les hace superarse. Tú eres una persona perfeccionista y por eso nunca saldrá perfecto, porque la perfección es subjetiva y no existe; y en dónde otros lo vean inmejorable, tú sabrás que puede ser aún mejor. Eso lo distingue del resto, eso lo hace genial. Genial viene de genio, y los genios (talentos) sí existen.
Será genial porque habrá diversidad. Es subjetivo. Habrá a quién no le guste y otros lo amaran embobados. Va a salir genial porque no dejará indiferente. Porque tuve la ocasión de ver dos retazos fijos, sin saber lo que veía y me removieron. Así que verlo completo, como he dicho, va a ser genial.
Va a salir genial porque las personas perfeccionistas suelen ser, además, muy auto-exigentes. Por lo que sacrificaras el tiempo que haga falta. Porque te exigirás el máximo y darás ese máximo, porque no te conformarías con menos. Y lo haces por tí, por quedarte satisfecho. Por decir "puede mejorar, pero ha salido genial". Porque bien sabes, y sé, que las personas verán cuarenta minutos, pero más de la mitad no se imagina cuántas horas llevan invertidas esos minutos. Así que tú eres tú mejor espectador y tú peor crítico. Y, también por eso, va a salir genial.
Quizás no perfecto. Pero estoy segura de que sí genial.