viernes, 1 de mayo de 2015

Diario de un Angel Negro

1 de Mayo del 2015

¿Cuántos personas hay que perder para quedarse sin alma? Yo las perdí todas, menos una. Conservo el alma pero vacía en esencia.

Recuerdo haber sido un Fénix que se alzaba, envuelto en vigorosas llamas, cada vez que era reducido a cenizas. Hasta que me agoté. Hasta que me consumieron. Hasta que me lo arrancaron todo, excepto ese alma carente de esencia y compasión.

Me lamenté. Rodaron lágrimas, primero sal y luego de sangre, hasta que se secó el manantial de la falsa culpabilidad por la pérdida. Hice de todo, lo que me dictó el corazón, pero nunca fue suficiente. O me laceraba el egoísmo o era utilizada por los hedonistas. O trataban de manipularme o me absorvían la energía, para luego dejarme en el estanque de arenas movedizas. Los amigos se quitaron sus pieles de cordero y rugieron cual lobos. Otros, simplemente, se fueron. Eligieron otras opciones más beneficiosas para su interés, más dañinas para mi corazón. Pero la culpa siempre fue mía, en el fondo, fui conocedora de la realidad que no me quise creer. No les culpo a ellos, me culpo yo por haberlo permitido.

El terremoto fue tan fuerte que demolió todos los cimientos de las creencias forjadas durante años, de las mentiras que me inventé, justificando lo que no tenía justificación, solo para que mi realidad fuera más amable. No funcionó. Seguían cayendo cascotes.

Pedí ayuda para contener la ruptura total de lo que un día fui, pero solo recibí, de vuelta, el sordo eco de mi propia voz rompiendo el ruidoso silencio. Se cayó la venda de los ojos. Vi la Verdad desnuda. Sin máscaras. Sin muros. Sin mentiras. Y fue aterrador.

Una vez elegí ser un Fénix y casi me consumen las llamas para siempre. Hasta perder a la última persona. Eleve los brazos y, de las sangrantes grietas de mi espalda fruto de la traición repetida, se elevaron dos poderosas alas negras. "¿¿Esto era lo que queríais?? Pues en esto me habéis convertido", bramé contra la tempestad.

Ahora desfilo entre las sombras, sin ocultar esa oscura parte de mi que siempre existió, habiendo asesinado a dentelladas a la parte que permitió que pasara de Fénix a Angel Negro. Os lo agradezco, a partir de ahora, se hará, por fin, Justicia.

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